Back to Champ de Mars

Since we came back to Paris on January 2012, and moved to our new flat in the 19e, I always dreamed about the day we would go back with Paul to the Champ de Mars. Today Paul woke up early from his nap, so I decided we would finally go to our new neighborhood.
We took two buses and after one hour we got off in Av. de La Bourdonnais. It felt weird to be back there. I always thought that the day I would be back I would feel some sort of regret for leaving this nice neighborhood. Everyday, when I walked Paul in Champ de Mars, and saw all those older kids playing in the playgrounds, spinning around in their little go carts, I always tried to imagine Paul doing it too. So it was kind of my dream to go back and see him doing it.
The truth is that the moment we entered the playground we immediately felt like we didn't belong. It was so white, so posh... kids with real miniature tgv trains and fancy miniature cars. Even I felt underdressed... and it was just a park!
So, we left the playground and went for a stroll. Walked la Rue St. Dominique, visited our old boulanger, and when I was going to turn right on Rue Cler I thought... "Nah! I don't need this. I'm over it".
So, to summarize the experience, I only felt nostalgy for the newborn and little baby days, not for the neighborhood exactly. I also felt very happy to live where we live now, a much more real Paris. And even we don't have great boulangeries or cheese, we have real people who are super nice, a much more beautiful park, an amazing pool and an awesome market two days a week.
Also, have to mention that Paul was not interested at all. When we stopped in front of our old apartment, and tried to point and show him where his first home was he just pushed my face away and pointed to a tourist bus screaming "wow! pee-pee!"... zero interest.

Desde que regresamos a París en Enero 2012 y nos mudamos al nuevo departamento en el 19e, siempre he soñado con el día en el que llevaría a Paul de nuevo al Champ de Mars. Hoy Paul se despertó temprano de su siesta, así que decidí que iríamos finalmente.
Tomamos dos autobuses y una hora más tarde nos bajamos en Av. de La Bourdonnais. Se sintió raro regresar. Siempre pensé que el día que regresaría sentiría una especie de arrepentimiento de haberme ido de ese barrio. Cada día, cuando sacaba a Paul a pasear en el Campo Marte, y veía esos niños más grandes jugando en los juegos, o dando vueltas en los cochecitos, trataba de imaginarme a Paul haciéndolo un día también. Así que era como una especie de sueño el poder regresar y verlo hacer todo eso finalmente.
La verdad es que en el momento en el que entramos al los juegos sentí inmediatamente que no pertenecíamos ahí. Todo era tan blanquito y fresa... niños con el tren de juguete oficial tgv, coches lujosos de juguete. Incluso yo me sentí fachosa... y era sólo un parque!
Así que no fuimos del parque y nos fuimos a pasear. Caminamos por la Rue St. Dominique, visitamos nuestro antigua panadería, y cuando iba a dar vuelta en la Rue Cler pensé... "Nah! No lo necesito, ya lo superé".
Así que en resumen, sólo sentí nostalgia por aquellos días en que Paul era un bebé chiquito, no por el barrio precisamente. También me sentí feliz de vivir donde vivimos ahora, un París mucho más real. Y aunque no tengamos buenas panaderías o queserías, tenemos gente de verdad que son super buena onda, un parque mucho más lindo, una alberca increíble y un mercado poca madre dos días a la semana.
También, vale la pena mencionar que a Paul no le interesó en lo absoluto. Cuando nos paramos en frente de nuestro viejo departamento, e intenté señalar y enseñarle dónde fue su primer hogar, me empujó la cara y señaló un autobús de turismo y grito "wow! pi-pi!"... osea cero interés.