Mil kilómetros.

Me desnudaste
con calma,
como si quisieras hacerme el amor
con todo 
el amor
del mundo.

Te acercaste para besarme,
entonces,
cerré los ojos,
e imaginé cómo se sentían
tus dedos
en mi espalda.

Imaginarte sobraba,
porque estabas ahí,
amándome,
y yo temblaba de miedo, 
o de amor,
o por ti.

Y no me importaba que fueran las 3 de la mañana,
y que, a las 4 nos tuviéramos que ir.

Quería sentir,
en aquel momento,
todo lo que estaba sintiendo
porque eras tú,
o yo,
no lo sé.

Pero quería dejarme llevar,
por el ritmo de tus besos
mientras nuestros corazones danzaban juntos
al ritmo del amor.

Era una locura, que, 
en tan poco tiempo
me hicieras sentir tan invencible,
tan infinita,
tan capaz,
tan decida a quererte
a convertir en flores todos mis desiertos
solo para que te sientas feliz.

Porque yo caminaría mil kilómetros
si fuera necesario
mil kilómetros
si es contigo
mil kilómetros 
si es por ti.

Aunque fuera solo para dormir contigo
y despertar junto a ti.

Porque abrir los ojos
y verte a mi lado
se siente
como alcanzar el cielo
pero sin partir.