Day 32. Tibetan culture rescue

It seems that when the Nepalese culture make us sad, the tibetan culture make our day. We started our day very well. Tsering made a delicious breakfast for us and we had the pleasure to meet her cousin Jamyung, a tibetan monk from Mustang. Then we went to the International clinic to get our last rabie vaccination :-).

All was good until we ended walking on the middle of a street, where poverty and possible crime is the every day bread. We crossed in the middle of what could be a park, where we were stopped by an american volunteer to came to Nepal to fix a medical equipment. He was asking us for some directions and ended telling us about his disappointment and frustration. He could not complete his mission because corruption. He found out that the medical machine did not belong to a public hospital or a charity. It belongs to private company which wanted it fixed to see more patients and charged them more money. He was looking miserable.
We also escaped from a urban gang that spotted Mr Spoon and his camera and saw how a policeman was hitting a cyclist who crashed a lady. All was very confusing and upsetting... However, all was transformed when we arrived home safely and we saw Zeydon playing her guitar, she was serene and content and then her mum Tsering invited us to watch Tibetan Opera. An amazing performance by lovely tibetan people singing and dancing their traditional and popular songs. It made me cried.
If that was not enough, today was an special day for a tibetan culture, where people light candles and cook noodles. We did!!



Parece que cuando la cultura nepalí nos pone tristes, la cultura tibetana nos arregla el dia. Empezamos nuestro día muy bien. Tsering hizo un delicioso desayuno y tuvimos el placer de conocer a su primo Jamyung, un monje tibetano de Mustang. Luego fuimos a la clínica internacional para recibir la última vacunación contra la rabia :-).

Todo estaba bien hasta que terminamos caminando por el medio de una calle, donde la pobreza y el crimen posible es el pan de cada día. Cruzamos en medio de lo que puede ser un parque, donde fuimos detenidos por un voluntario norteamericano que llegó a Nepal para arreglar un aparato médico. Nos estaba pidiendo algunas direcciones y terminó deciendonos acerca de su decepción y frustración en Nepal. El no pudo completar su misión, porque la corrupción. EL se dio cuenta de que el sistema médico no pertenecía a un hospital público o de caridad. Pertenece a una empresa privada que quería que el equipo fuera arreglado para si poder recibir más pacientes y de paso hacer más dinero. El lucio muy triste.
También escapamos de una pandilla urbana que habia notado la presencia del Señor Cuchara y su cámara y tambien vimos cómo un policía golpeo a un ciclista que se estrelló en una dama. Todo fue muy confuso y indignante ... Sin embargo, todo se transformó cuando llegamos a casa a sanos y salvos y vimos a Zeydon tocando su guitarra, ella lucia muy serena y contenta, y luego su madre Tsering nos invitó a ver la ópera tibetana. Una presentacion increíble de hermosas personas tibetanas cantando y bailando sus canciones tradicionales y populares. Me hizo llorar de la emocion y alegria.